Reflexión sobre el hogar – La familia y el diálogo

Vivir en familia tiene sus cosas lindas: la pareja y el hogar.
Pero tiene también sus exigencias. Y una de ellas muy fuerte
-y ustedes lo saben tan bien como yo- es el tema del DIÁLOGO.

Dialogar cuando todo va lindo, cuando todo va bien
es una cosa muy fácil. Es agradable. Pero dialogar
en los momentos en que ha habido un cortocircuito,
a veces cuesta. Y está el peligro de manejarse
con frases secas, o por ahí con cartelitos.

Fíjense lo que le pasó a un amigo mío.

Mundial de fútbol. Partido importantísimo.
Domingo a las cuatro de la tarde. Hombre de oficina
acostumbrado a no almorzar nunca, una de las debilidades era,
los domingos, compartir un asadito, unos ravioles
hechos por la nona y dos vasitos de vino tinto
para completar el asunto. Y después una buena siesta,
de esas de pijama y Padrenuestro. Total, no hay exigencias por la tarde.

No van a creer, justo ese día se le descompuso el despertador.
No quería perder la siestita. Eran las dos de la tarde.
Tampoco quería perderse el partido de fútbol de las 4 de la tarde.

Lo lógico era decirle a la señora:

– Mirá flaca, despertame a las cuatro menos cuarto.

Pero se habían medio disgustado. Silencio de los dos.
Y no fue capaz de decirle:

– Perdoname, flaca… despertame a las cuatro menos cuarto.

¡NO! Lo escribió en un papel y lo colocó con uno de esos imanes
en la heladera. Fue, se acostó en la cama, corrió la cortina,
se sacó las alpargatas. Y se durmió, che,
como expediente de jubilación.
Cuando se quiso acordar eran las seis de la tarde.

Se despertó sobresaltado cuando se dio cuenta
que había dormido mucho.

Miró el reloj, eran las seis…

¡Pucha! -dijo- la flaca me falló.

Miró mejor y al lado del reloj había un cartelito que decía:

¡DESPERTATE! Son las cuatro menos cuarto.

Es el peligro de manejarse con cartelitos cuando la vecindad
es muy inmediata. Yo creo que a veces el que tiene razón
tiene que usarla.

Yo les pediría que todos ustedes sea que estén solos
o en familia, que no me den la razón.
Usen la de ustedes. Es mucho más importante para mí.

Mamerto Menapace
Del libro “Cuento con Ustedes”

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2 Comentarios

  1. Carolina said:

    La alegria en el hogar se mata cuando hay enojos y discusiones
    cuando hay malas palabras por todos lados y no hay ni un cachito de felicidad cuando no hay respeto ni risas
    aunq sea un hogar pobre, puede ser un lugar unido y de amor
    y cada uno tener un lugar importantem para los demas

    11.07.11
    Reply
  2. Maria said:

    Muchas veces quienes están a la cabeza de la familia se olvidan que el respeto mutuo delante de los mas pequeños es lo principal, crecer en un ambiente de armonía, más allá de las diferencias que puedan existir, las discusiones siempre deben ser en privado, lejos de probablemente herir a quienes no tienen conciencia real de lo que pasa y que el día de mañana puedan tomarlo como algo natural.

    27.08.11
    Reply

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