Reflexión sobre la vida – Tanta prisa ¿Y al final qué?

Sería cuestión de preguntarse qué es lo que le causa un mayor daño al alma de la humanidad: si la codicia enceguecedora o el apuro devastador.
Konrad Lorenz

Tanta prisa ¿Y al final qué?

Nosotros, los humanos estamos tan preocupados viviendo nuestra monótona vida que no nos damos cuenta de las cosas que son realmente importantes, pasamos los días como máquinas de computadora, pasamos toda nuestra vida viendo las mismas personas y ni siquiera sabemos quiénes son en realidad, no sabemos qué sienten, cómo piensan, simplemente nos limitamos a juzgarlos por lo que dice la gente y por la imagen que proyectan, vamos tan a prisa que no nos damos cuenta si quiera de que se está derrumbando a nuestro alrededor, de quien necesita nuestra ayuda, nuestra mano amiga, nuestro hombro para apoyarse.

Por la mañana, nos levantamos corriendo, queremos hacer todo tan deprisa ¿y el amor? ¿La sonrisa? ¿La caricia? ¿Adónde se fue eso? Vamos tan a millón que nos despertamos y olvidamos darle gracias a Dios por el nuevo Sol, no nos damos tiempo para disfrutar lo mejor de la vida, de la mejores sensaciones, preferimos perder el tiempo en cosas vanas, como tener dinero, poder, buena posición social, y cuando al fin lo tenemos, nos damos cuenta de que ahí no está la felicidad, aprendamos a dedicar tiempo para sentir, creo que no existe mejor sensación en el mundo que recibir un abrazo de un ser querido y sentir cómo late su corazón dentro de su pecho.

¡Caramba! Dediquemos el tiempo necesario para QUERER, AMAR, SONREIR, SER FELIZ. ¿Es que nos cuesta tanto trabajo dedicar unos minutos al día para mirar a nuestro ser querido a los ojos y decirle te quiero? Algo tan sencillo como eso es capaz de convertir un día gris en uno de los mejores. Tenemos que querer, pero no aferrarnos, disfrutar el momento, la caricia, el beso, el abrazo, porque la vida es solo eso, momentos, oportunidades que pasan y que no se vuelven a repetir.

La vida es corta, el tiempo se acaba, y no estas sintiendo realmente lo que es estar vivo.

“Hemos aprendido a volar como las aves, a nadar como los peces, pero aun no aprendemos a vivir como hermanos…”

Marthin Luther King

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