Las cicatrices se convierten en oro

Vivimos en una sociedad donde las cosas rotas, se tiran o se ocultan. Lo mismo hacemos con nuestros fracasos o defectos, sin saber que la aceptación de esa imperfección puede ayudarnos a vivir auténticamente.

“Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.”

kintsuku

Kintsukuroi o Kintsugi es el término japonés que designa al arte de reparar con lacrado de oro o plata. La unión de los trozos debe hacerse sutilmente sin que la laca sobresalga ni se aprecien aglomeraciones.
En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y se celebran, ya que se han convertido en la parte más importante de la pieza. El objeto es más bello por haber estado roto.
Al romperse un objeto y repararlo, los japoneses consideran que se realza su valor a un nuevo nivel de apreciación. Ya que son objetos que han vencido una prueba de fragilidad y han renacido como únicos.

Todo dolor deja su huella. Cada historia, cada golpe, cada ruptura, cada cicatriz es experiencia y nos da la oportunidad de transformar nuestra vida en algo mejor.
Así que no te rindas. No tires todo por la borda cuando algo ha salido mal.

La herida es un lugar donde entra la luz. Rumi

Compartir:
Facebook112
Twitter0
Google+0
Pinterest0

Se el primero en comentar

    Deja un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *