Mantén el buen humor en cualquier circunstancia.
Y trata de mantener vivo el buen humor de todas las personas que te encuentran en la vida.
La alegría es medicina divina.
La tristeza, en cambio, nos hunde en un mar de barro, que salpica y ensucia a los que se nos acercan.
En los sufrimientos y penas también trata de ser alegre, porque la alegría es la mejor medicina para conseguir la felicidad.
Convéncete de que la alegría de la vida no te puede llegar de afuera.
Podrás hallar la felicidad cuando puedas hacerla brotar de tu corazón, cuando aprendas ayudar a todos, sin preferencias, con tus obras, palabras y pensamientos.
César Borges
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