Charcos de lodo

Cuando miro los dientes de león, veo hierbas dañinas invadiendo mi patio.
Mis hijos ven flores para su mamá y soplan la peluza blanca pensando en un deseo.

diente leon

Cuando veo a un viejo mendigo que me sonríe, veo a una persona sucia que probablemente quiere dinero y me aparto.
Mis hijos ven a alguien que les sonríe y le devuelven la sonrisa.
Cuando escucho una canción, me gusta. Pero no sé cantar y no tengo ritmo; entonces me siento y la escucho.
Mis hijos sienten el son y bailan. Cantan y no se saben la letra, crean la suya propia.
Cuando siento un viento fuerte en mi rostro, me esfuerzo contra él. Lo siento despeinando mi cabello y empujándome hacia atrás mientras camino.
Mis hijos cierran sus ojos, abren sus brazos y vuelan con él, hasta que ruedan por tierra de tanto reír.

Cuando rezo, digo Tu y Vosotros y concédeme ésto, dame aquello.
Mis hijos dicen, “¡Hola Dios!” Te agradezco por mis juguetes y mis amigos. Por favor, aléjame de los malos sueños ésta noche. Yo todavía no quiero ir para el cielo. “Sentiría falta de mi mamá y de mi papá.”
Cuando veo un charco de lodo lo rodeo. Veo zapatos enlodados y tapetes sucios.
Mis hijos se sientan en él. Ven represas para construír, ríos para cruzar y animalitos para jugar.
Me gustaría saber si los hijos nos fueron dados para enseñarlos o para aprender de ellos…
Yo te recomiendo que aprecies las pequeñas cosas de la Vida, porque un día podrás mirar hacia atrás y descubrir que eran cosas realmente grandes.

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