Poemas, relatos y cuentos

¿Qué significa amarse uno mismo?

Significa ser uno mismo.
La naturaleza traerá el amor como recompensa.

vegetal

Te han enseñado a odiarte a ti mismo y a odiar al mundo, porque te han estado enseñando que sufres en esta vida o bien porque has nacido en pecado, o bien por los malos actos e tu vida pasada. Pero ninguna religión ha aceptado esta vida con alegría y regocijo, como un regalo, como una gracia que no te mereces, que no tienes ningún derecho a reclamar; no te lo has ganado.

Te enseñan a negar la vida. Y mi intención es devolverte la capacidad de afirmarla. Eso es lo que yo llamo amarte a ti mismo, no aceptarte a ti mismo como pecador. ¿Cómo puedes aceptarte a ti mismo si crees que eres un pecador? ¿cómo puedes amarte a ti mismo si crees que no eres otra cosa que un saco de culpabilidad, que un pasado de malos actos acumulados durante millones de vidas?

Te odiarás a ti mismo. Y eso es lo que vuestros sacerdotes os han estado diciendo: renuncia a la vida, odia la vida, odia el placer, ódialo todo, y sacrifícalo todo si quieres entrar en el paraíso. Nunca ha regresado nadie del paraíso, así que no hay evidencias de ninguno en ningún sitio, ninguna prueba; es sólo un ejercicio inútil que nunca será capaz de llegar a una conclusión.

Un viejo sacerdote sermoneaba a su congregación sobre el pecado.
“El pecado –dijo- es como un gran perro. Está el gran perro del orgullo, el gran perro de la envidia, el gran perro de la avaricia, y finalmente, está el gran perro del sexo. Tienes que matar a esos grandes perros antes de que ellos te maten a ti y te impidan llegar al cielo. Es posible; lo sé, porque durante años yo lo he hecho. Maté al gran perro de la envidia, al gran perro del orgullo, al gran perro de la avaricia y sí: hijos míos maté al gran perro del sexo”.
“Padre –se oyó una voz desde atrás- ¿está seguro de que el último perro no murió de muerte natural?”

No puedes cambiar la naturaleza. Si puedes vivir naturalmente, la transformación llega. Cuanto más reprimes los deseos, más presente están. Cuanto más lo vives, mayor es la posibilidad de trascenderlo.

Vive naturalmente. Vive pacíficamente. Vive interiormente. Date un poco de tiempo a ti mismo, para estar solo, en silencio, observando la escena interior de tu mente. Lentamente los pensamientos desaparecen. Poco a poco un día la mente estará tan quieta, tan en silencio como si no estuviera. Solamente este silencio; en este momento vosotros no estáis aquí, es como si este Buda may estuviera vacío.

En este silencio de tu interior, encontrarás una nueva dimensión de vida. En esta dimensión no hay avaricia, ni sexo, ni ira, ni violencia. No es algo que tú consigues; es una nueva dimensión más allá de la mente donde el amor existe puro, impoluto por la necesidad biológica; donde la compasión existe sin ningún otro motivo; no para recibir alguna recompensa en el cielo, ya que la compasión es una recompensa en sí misma.

Existe un gran deseo de compartir todos los tesoros que has descubierto dentro de ti, y de gritar desde lo alto de los tejado a la gente: “¡No sois pobres! El paraíso está en vuestro interior”
No necesitas ser mendigo, has nacido emperador. Tan sólo tienes que descubrir tu imperio, y tu imperio no es del mundo externo; tu imperio es el de tu propia interioridad. Está dentro de ti y siempre ha estado ahí. Esperando que vuelvas a casa.

El amor vendrá, y vendrá en abundancia; tanto que no podrás contenerlo. Descubrirás que es algo desbordante, que llega de todas las direcciones.
Tan sólo descubre tu esplendor oculto.
La vida puede ser simplemente una canción, una canción de alegría.
La vida puede ser simplemente una danza, una celebración, una continua celebración. Lo único que tienes que aprender es un estilo de vida afirmativo.
Yo sólo llamo religioso al hombre que afirma la vida. Todos aquellos que la niegan puede que se crean religiosos, pero no lo son. Su tristeza y su seriedad lo muestran.
Un hombre verdaderamente religioso tendría sentido del humor. Es nuestro Universo, nuestro hogar. No somos huérfanos. Esta Tierra es nuestra madre. Este Cielo es nuestro padre. Todo este vasto Universo es para nosotros, y nosotros para él.
De hecho, no hay división entre nosotros y el todo. Estamos unidos orgánicamente a él, somos parte de una gran orquesta.
La única religión que yo puedo aceptar como auténtica, como válida, es sentir la música de la existencia. Sin escrituras, no necesitas tenerlas. Sin estatuas de Dios, porque no cree en ninguna hipótesis. Sin nada que venerar, sólo tiene que ser silenciosa; de ese silencio viene la gratitud, la oración, y toda la existencia se vuelve divina.
No existe Dios como persona. Dios se expande por todas partes: en los árboles, en los pájaros, en los animales, en la humanidad, de mil y una formas.
Todo lo que está vivo no es otra cosa que divinidad lista para desplegar sus alas, lista para volar hacia la libertad, la libertad definitiva de la consciencia.
Sí, te amarás a ti mismo y también amarás toda la existencia.

Osho

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