Entrego a tu boca
lo que hay en la mía,
un trago de vino
y al siguiente trago
se pasan de largo
tu trago en mi boca
y el mío en la tuya.
No perdonaría alguna flojera
por no emborracharme
no tanto del vino
como de tu boca plena.
No te desactives
ni te quedes cauta
que los tragos ricos
que me da tu boca
no emborrachan tanto
como tu mirada
que junto a tu boca
parecen la mezcla
desequilibrante
de vino con grapa
que añeja tu bota.
Autor: Juan Carlos Achiary
Etiquetas: Juan Carlos Achiary, poemas de amor
Abril 26th, 2009 at 21:19
Muy buena metáfora…felicitaciones!