Recordemos que la timidez es un hábito que se fortalece
si no actuamos contra él.
Debemos concentrarnos en los pensamientos no deseados
que aparecen, después detener y vaciar la mente.
Hay que estar atento a la aparición de estos
pensamientos, identificarlos y pararlos sin titubeos.
Empleando pensamientos racionales como “no me afecta”,
“todos nos equivocamos”,
“para que haya discusión tiene que haber dos personas”,
“nos sentimos en función de cómo pensamos”,
o “qué es lo peor que me puede ocurrir”.
También usar técnicas de relajación como exhalaciones
profundas para ayudar a soportar situaciones difíciles.
Elixires para el Alma
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